La invasión de los Ultra-cuerpos (día 3): "Soy un Yedaaaaiii!!!!" o "Lo que nunca querrías oir cuando tu vida está en peligro".

Estábamos ciegos. Ciegos y desesperados. El mundo se había convertido en una masa de gritos y muerte que giraba en una loca espiral de sangre. Las espadas láser chisporroteaban al chocar contra los cuerpos de los invasores, y a mi alrededor veía los cadáveres de mis amigos. Fue en ese momento cuando tomamos la decisión. El Consejo Jedi de Coruscant ya la había tomado hace tiempo, y en la Tierra ya tocaba. Nuestro número era demasiado bajo.

Necesitábamos más gente.

Quién iba a pensar que esa decisión marcaría un antes y un después en la guerra... a favor de la Confederación. Ahí estábamos de nuevo, un grupúsculo de Jedi y yo (eramos cuatro en total). Fuimos dando vueltas por Madrid buscando gente con potencial suficiente como para poder ayudarnos... y acabamos en el pabellón de la Pipa (o como se llame, que no tengo ni idea, joe). Encontramos gente. Les hicimos caballeros. Y fue la peor decisión que habíamos tomado en toda la guerra.

Al grito de "NARUTOOOOOOO!!!" todos salieron de las trincheras. Se lanzaron contra los Ultra-cuerpos con las espadas láser encendidas. Mientras miembros variados volaban sobre nuestras cabezas, dudamos si debíamos unirnos a la lucha o calentar palomitas y disfutar del espectáculo. Los ultra-cuerpos no tuvieron ni que disparar un arma. Ya lo hicieron todo ellos solitos. Se rebanaron entre ellos por ver quién era el más friki. Mientras me lanzaba con los otros tres Jedi al combate, oí a lo lejos, en un desesperado grito de agonía, las últimas palabras de uno de aquellos reclutas: "SOY UN YEDAI!!!!!!!!"... Si, un yedai jamao es lo que eras.

España ha caído. Como la situación no cambie pronto, la Tierra será de la Confederación. Dentro de poco más noticias del frente.