Tuesday, October 28, 2008

¿Qué demonios está pasando?

No hace falta ser un experto en economía para darse cuenta de que la crisis, la recesión o la depresión (como quiera ser llamado) está afectando gravemente a la industria del entretenimiento, tanto al cine como a la televisión, en Europa y en Estados Unidos. Más de 3.500 despidos realizados recientemente en la empresa Viacom, responsable de canales como MTV, Nickelodeon y otros, son muestra de la inestabilidad del mercado actual y sobretodo de lo frágil que es.

En ese caso, uno pensaría que están despidiendo a aquellos trabajadores que no aportan lo suficiente como para seguir trabajando. Entonces, ¿porqué tenemos tanta mediocridad a nuestro alrededor?

En el cine, con "Iron Man" siendo la única excepción, este año aún no ha habido ninguna película que haya merecido la pena. Ni siquiera la tan esperada "W." de Oliver Stone, una "biografía" del aun presidente de los Estados Unidos George W. Bush, ha sido exitosa. ¿Porqué? ¿Por lo mal tratado que está el asunto? ¿Por la confusión entre humillar y contar la verdad? ¿Por la mezcla entre lo que es real y lo que es inventado?

Pero es la televisión la que está demostrando constantemente muestras de esta mediocridad. Este año nuevas series han aparecido en las pantallas, siendo la más popular el nuevo producto de J.J. Abrams "Fringe" producida por la cadena Fox. En esta copia de "Expediente X", una agente del FBI deberá investigar sucesos paranormales de lo que llaman "Fringe Science" (Ciencia que roza el límite de la realidad) con la ayuda de un científico loco y su hijo macarra. La evidente copia de "Expediente X", los diálogos superfluos, lo limitado de la actuación y los argumentos vacíos llevan a pensar qué es exactamente lo que está llevando esta serie a la popularidad. Seguramente el sello JJ y su "Bad Robot", responsable de otros productos como "Lost" o "Cloverfield".



No obstante, lo peor se lo ha llevado sin duda una de las series que más perspectivas tenía en su comienzo. Con un argumento simple y con actores desconocidos, "Heores" llegaba a las pantallas gritando "Save the Cheerleader, save the world!" y los fans respondían con entusiasmo. La primera temporada y la bomba que iba a estallar en la ciudad de Nueva York pasaron y llegó la segunda temporada. Esta serie de episodios escasos y argumentos descontrolados solo se salvaba por la fantástica historia del viaje de Hiro Nakamura al pasado y por el carisma de su villano, Adam. La temporada acabó antes de tiempo por la huelga de guionsitas. Todo el mundo tenía interés por saber qué pasaría en la tercera temporada... Y, tal y como se esperaba, ha defraudado.



El poco carisma de los nuevos personajes como Maya y Alejandro, la insistencia por hacer de Mohinder un personaje imporante a pesar de ser aburrido e inaguantable, lo increiblemente poderosos que se han vuelto tanto Peter como Sylar, haciendo posible cualquier cosa, y la muerte de personajes carismáticos y no tan carismáticos para hacerles volver en el episodio siguiente hacen que la serie se tambalee.

Estos dos ejemplos llevan a pensar... Si la industria está en crisis, tanto el cine como la televisión, no es por la recesión. Tampoco es porque la gente se baja películas de internet.

Es porque los productos que se hacen son mediocres, tanto en EEUU como en España.